«El sendero del alma a través de los arcanos del Tarot»

«EL LOCO»

Este es el primer capítulo de una serie de relatos inspirados en los 22 arcanos mayores del Tarot. Cada carta es una puerta simbólica, una estación del alma, una escena que puede leerse como parte de un recorrido iniciático. No se trata de adivinación ni de misticismo de feria: se trata de imágenes vivas que, desde hace siglos, nos acompañan como espejos del inconsciente.

El Tarot puede leerse como un mapa del viaje interior. Una secuencia que va desde el caos fundante hasta la integración. Desde el impulso ciego hasta la sabiduría encarnada.

Esta serie forma parte de un libro que estoy escribiendo.

Un recorrido literario y simbólico por los 22 arcanos mayores, que irá cobrando forma a su propio ritmo.

Cada carta será una pieza de ese cuerpo mayor.

Cada relato, una voz que se abre paso.

Y en ese viaje, El Loco es el primer paso.

O tal vez, el paso que no se da con los pies, sino con el alma.

No tiene número. Es el cero. El origen sin forma. La promesa de todo lo que todavía no fue.

El que se lanza al vacío sin garantías, sin cálculo, sin miedo.

Acá empieza el recorrido.

EL LOCO

No lleva mapa.

Porque no hay camino.

Camina con los bolsillos livianos, la mirada alta, los pies descalzos y una risa que no se puede contener.

No tiene plan, pero algo dentro suyo late como brújula.

Y aunque no sabe hacia dónde va, sabe que es por ahí.

El loco no duda: salta.

Y al saltar, inventa el suelo.

Lleva una mochila casi vacía.

Adentro solo guarda un recuerdo que no entiende, una llave que no sabe para qué sirve,

y una flor que aún no se marchita.

Los demás lo miran con lástima.

“Va directo al abismo”, murmuran.

Pero él no ve un abismo:

ve una puerta.

Y toda puerta, para el loco, es una promesa.

Una grieta en la realidad.

Un principio.

Donde otros ven peligro, él ve juego.

Donde otros ven caída, él intuye vuelo.

Donde todos repiten “no se puede”,

él responde: “¿por qué no?”.

Nadie lo espera. Nadie lo sigue.

Y sin embargo, él abre caminos sin darse cuenta.

Es semilla que cae donde el viento quiere.

Es chispa que no sabe aún en qué va a arder.

Porque el loco es el cero.

Es antes del uno.

Es lo que aún no nació, pero ya se siente.

Es lo que no tiene nombre, pero pide ser dicho.

El loco no avanza.

El loco se lanza.

Y al lanzarse, inaugura el mundo.

Este relato forma parte del libro en preparación: “El sendero del alma a través de los arcanos del Tarot”

Una obra en proceso que recorrerá los 22 arcanos mayores, uno a uno, como estaciones simbólicas del alma.

Cada carta, un umbral. Cada texto, una llave.

Hoy abrimos la primera puerta.

-Cartógrafa de Espejismos-

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